EL SOMBRÍO PANORAMA DE LA MOVILIDAD EN BOGOTÁ EN 2013
Uno de los grandes retos que
tiene Bogotá y en especial su actual administración, es solucionar los graves
problemas de movilidad que hay en la ciudad producto de la falta de
planificación, la corrupción y el retraso en malla vial que soporta la capital del
país desde hace varias décadas. Pero ese reto se tiene que enfrentar con
decisión, con políticas públicas claras y con un norte preciso, que lleva la
ciudad a enfrentar los retos que impone el TLC
con Estados Unidos y la dinámica de una economía que pone a Bogotá como
eje de inversión de América Latina.
En 2012 las
cifras de exportaciones de Bogotá aumentaron en un 7,8%, el incremento se registró en el periodo correspondiente a
los meses entre enero y noviembre con respecto al mismo periodo de 2011. Aunque
esta cifra es superior a la tasa de crecimiento de las exportaciones que
presentó el país (6,3%), se observa que el ritmo de crecimiento de las
exportaciones se está desacelerando y una de las principales causas de esa
desaceleración, es que las grandes empresas se están saliendo de Bogotá porque
la ciudad está prácticamente paralizada por sus problemas de movilidad.
Acaba
de terminar el primer año de la administración de Gustavo Petro y para la
ciudadanía, el concejo y la misma veeduría distrital simplemente este gobierno
progresista se raja en movilidad. El alcalde mayor se pasó el año haciendo
anuncios, que solo fueron eso, anuncios; además de su controvertida
improvisación permanente a la que le puso el punto máximo, cuando decidió cambiar
lo que ya estaba marchando, como el transmilenio por la séptima y hasta el
aeropuerto Eldorado y la ALO.
La improvisación de Gustavo Petro tiene a Bogotá infartada y los grandes
proyectos de movilidad como el Sistema Integrado de Transporte Público, el
metro pesado, el tranvía y las troncales de Transmilenio van rumbo al abismo
porque hoy se dice una cosa y al otro día también. En la ciudad hay una total ausencia
de planeación en aquellos proyectos de gran envergadura que podrían sacar a la
ciudad del gran trancón en el que está.
Aquí no se sabe cómo el S.I.T.P. se integrara con los demás sistemas de
transporte masivo, colectivo o individual. Nadie sabe en qué estudios están
soportados los subsidios de transporte que se están entregando. Y eso que no
hemos hablado de temas como la
peatonalización de la séptima, que está
a medias y las cifras maquilladas de la alcaldía no reflejan las millonarias pérdidas
de los comerciantes del sector ni el crecimiento de la inseguridad en la zona
que está a la orden del día.
Con el metro pesado que Petro engavetó se perdieron cuatro años de
discusiones y los millonarios estudios que hizo la firma Sener y que pagamos
todos los bogotanos. Pero además de engavetar este proyecto se metió con el
embeleco del tranvía y los metro cables del sur, que estudios recientes señalan
en el caso de estos últimos, que no se pueden realizar porque el terreno no
brinda las condiciones necesarias para montar las estructuras que soportarían
este sistema de transporte masivo.
Y si por estos proyectos llueve por el de las troncales de transmilenio
no escampa. Según la veeduría distrital las nuevas fases de Transmilenio
acumulan un retraso de por lo menos ocho años. El alcalde Petro anunció la
apertura la licitación de la avenida Boyacá para 2013 y estaba planeado que la
troncal de Transmilenio en este tramo estuviera funcionando antes de 2015. Sin
embargo, según la veeduría distrital “no se tiene conocimiento acerca de la
conformación del equipo estructurador, los estudios para la estructuración y
jurídica y técnica de dicho corredor y el esquema de financiación del mismo”, Pero
luego en un timonazo a los que ya nos tiene acostumbrado el alcalde mayor,
reculó su anuncio y Transmilenio por la Avenida Boyacá quedó suspendido.
Siguiendo con este memorial de reculadas e improvisaciones vamos a la
otra troncal, la de la calle 26. ¿Llegará hasta El Dorado? No, no llegará
porque el alcalde, dejo perder los 100 mil millones de pesos que el gobierno
nacional había aprobado a través del CONPES para apoyar la construcción de esta
obra.
Así
las cosas lo que se viene para Bogotá en cuanto a movilidad para este 2013 es sombrío
y cargado de trancones. El último informe de Bogotá como vamos prendió las
alarmas frente al tema de movilidad al anunciar que entre 2008 y 2011 la
movilidad de transporte particular bajo de 80,9 a 23,3 kms por hora y en transporte
público de 23,4 a 19,3 kms por hora. Pero de seguir Petro con sus anuncios al
garete, esa cifra en ambos casos podría llegar a ser de un solo dígito lo que
alejaría la inversión tanto nacional como extranjera y acabaría, con la
dinámica económica que trae la ciudad y que hoy por hoy jalona el crecimiento
de la economía local y nacional.
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