EL
GATO ENCERRADO ATRÁS DEL CIERRE DE LOS COMEDORES COMUNITARIO EN BOGOTÁ
Con políticas chavistas e
intereses comerciales el alcalde Gustavo Petro pone en riesgo la seguridad
alimentaria de cerca de 43 mil personas Alcalde mayor pretende que los recursos
de los comedores comunitarios entren a alimentar las arcas de Bacatá Express la
nueva aventura comercial de Gustavo Petro que como todas nació de su
imaginación y no fruto de la planificación
el
anunciado cierre de 173 comedores comunitarios por parte de la Alcaldía mayor, no
es otra cosa que el deseo de Gustavo Petro, de implementar en la capital otro
monopolio como el de las basuras pero esta vez, con la distribución diaria de
un almuerzo para cerca de 43 mil personas pertenecientes a la población mas
vulnerable de la ciudad.
La
idea de cerrar los comedores obedece, a toda una estrategia mas con fines
comerciales que sociales, ya que el alcalde corta de raíz el objetivo del
programa de comedores comunitario que es: “garantizar de manera progresiva, estable
y sostenible las condiciones necesarias, para garantizar la seguridad
alimentaria y nutricional de la poblacional vulnerable del distrito capital”. Y
lo remplaza por la formula nacida en Venezuela, de entregar a las personas
bonos o tarjetas de consumo, redimibles inicialmente en almacenes de grandes
superficies y después en los anunciados Bacatá que creará la administración en
las Plazas de Mercado.
Esta
iniciativa de la administración me hace plantear una serie de interrogantes:
- Como garantiza
la seguridad alimentaria de las 43 mil personas que van hoy a los 173
comedores comunitarios mientras se cierra el actual programa y se abre el
nuevo. No hay que olvidar que cambiar la actual función de las plazas de
mercado debe pasar por un proyecto de acuerdo presentado al Concejo de
Bogotá..
- Como garantizar
que personas con problemas de drogadicción que hoy asisten a los comedores
no terminen vendiendo o canjeando por droga los alimentos no procesados
que reciben.
- Como garantizar
la alimentación a personas con discapacidad que hoy asisten a los
comedores y que de tener que preparar los alimentos no tiene los medios
para hacerlo.
- Como garantizar
que miembros de a tercera edad que hoy deambulan por las calles sin
familia se alimenten si no tiene ni una habitación ni mucho menos un fogón
para preparar alimentos.
- Como garantizar
que los bonos o talonarios no terminen alimentando las arcas de los
ganchos de la calle del Bronx o de las mafias del micro trafico que
pululan por toda la ciudad.
- Como garantizar
que el famoso mercado entregado con la tarjeta, si garantiza y cumple con
los complementos nutricionales que se entregaban en los Comedores
Comunitarios.
- Como garantizar
que el menor de la familia que tiene problemas de desnutrición, realmente
va a recibir los alimentos y no se entregara a otros miembros de la
familia.
- Quien nos va a
garantizar que no va a pasar lo mismo que con la Ley 100 en Salud, que
simplemente por cubrir mas población se bajaron los niveles de calidad y
servicio.
- Que va pasar con
el componente de Inclusión Social, que es el que permite abrirle
oportunidades de trabajo a los beneficiarios de los mismos, o solamente
queremos apoyar el asistencialismo y volver a los pobres más pobres.
- Quienes
realmente se van a beneficiar de la compra de los mercados?, o estamos al
frente de una puerta giratoria que solamente beneficia los mercados que el
mismo alcalde quiere montar?
- Que va a pasar
con los 2.200 empleos directos aproximados que generaban los Comedores
Comunitarios?
- Que va a pasar con los casi 6.000 empleos
indirectos y con todas las cadenas productivas que se rompen a raíz de
esta decisión de centralizar la compra de los alimentos en un solo lugar
donde quiere el alcalde?
- Cuál es el estudio técnico que viabiliza
cerrar los comedores y a cambio entregar tarjetas canjeables?
Están son solo parte
de las preguntas que como cabildante me hago pero son muchas las dudas que me
surgen con esta nueva idea traída de los cabellos, perdón de Venezuela, por
parte del alcalde Gustavo Petro.
Si el programa de
comedores comunitarios tiene fallas o fue permeado por interés personales como
lo asegura el alcalde, pues que se revise, filtre y se fortalezca para bien de
los mas necesitados de la capital. Pero el alcalde no puede pretender que la
seguridad alimentaria de 43 mil ciudadanos la garantice una bolsa con productos
no procesados, en vez de un almuerzo caliente y balanceado servido a la hora y
en las condiciones de salubridad necesaria, para que miles de niños, mujeres,
hombres, miembros de la tercera edad y personas en situación de discapacidad la
consuman.
Bogotá se esta
alejando de las cifras de desnutrición de antaño y hoy supera a muchas ciudades
en el mundo en la erradicación de esta problemática social, que esta idea de
nuestro creativo alcalde no lleve otra vez a la ciudad a ese terrible ranking
reflejo de la miseria y de la inequidad social.
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